Hace algunos días, sostenía una charla “madruguera” con mi amigo Egroj, a cerca del sistema educativo actual y de las falsas promesas y aspiraciones que se nos inculcan al respecto. Ambos coincidíamos en que lamentablemente la educación se ha convertido en un artículo más a la venta, siendo que su esencia obliga a catalogarla como un bien común para toda nuestra especie. El otro punto importante que señalábamos, es que actualmente la educación está diseñada, no para crear individuos plenos, curiosos y creativos, sino que se ha convertido en la fábrica de esclavos para incorporarnos a todos a la actividad “económica” que abastezca la creciente demanda de eslabones en la cadena productiva.
Suena un poco contradictorio apoyar la ciencia y el conocimiento por un lado y por el otro desacreditar a la educación y el sistema que la sostiene. Sin embargo es muy fácil comprender esta posición pues el resultado del sistema educativo es de hecho el opuesto al esperado; Cada vez existe menos interés por la ciencia o la cultura, y el conocimiento representa algo aburrido y sin sentido para las personas.
El problema es que las personas no logran identificarse con lo que se les enseña en las escuelas o con la cultura, pues actualmente si lo que aprendes no sirve para “generar dinero”, entonces no sirve. Los sistemas están tan mediocremente sustentados pues no se espera generar una sociedad pensante e inteligente, sino que su objetivo es crear “trabajadores” listos para llenar sus puestos de trabajo, una vez que terminen con su “preparación”.
Desde pequeños nos dicen que hay que estudiar duro para que de grandes podamos obtener un trabajo bien remunerado y podamos acceder al listado de cosas que nos vuelven personas exitosas según la sociedad consumista actual: Joyas, Carros, Mansiones, Ropa de diseñador, Mujeres, Comida exótica, Retretes de oro, etc., etc. etc.
Sin embargo, estamos tan concentrados en obtener la riqueza y el trabajo soñado que nos prometen desde pequeños, que la escuela se vuelve tediosa y aburrida pues en muchos casos es difícil determinar la utilidad que tendrá lo que aprendemos y al no encontrarla, la mayoría de los estudiantes terminan inclinándose por manipular al sistema para hacer como que aprendieron y conseguir el tan deseado papel que les abrirá las puertas del mundo.
La realidad a la que se enfrentan muchos estudiantes, es que terminan la escuela con amplias expectativas, misma que son aplastadas cuando no logran encontrar el trabajo que les prometieron o cuando lo obtienen pero no les da suficiente para cubrir el listado de éxito antes mencionado.
Los que logran encontrar trabajo terminan muchas veces siendo infelices, pues están en eso solamente por el dinero y la actividad se vuelve rutinaria y monótona. O se convierten en personas que ocupan puestos de trabajo aun cuando sus conocimientos son escasos, volviéndose trabajadores mediocres que nunca logran superarse o que terminan provocando más problemas de los que solucionan; Y que por otro lado le quitan su lugar a personas con mayores conocimientos y habilidades.
Finalmente muchos se convierten en la masa que alimentan nuestra sociedad vacía y estúpida, se convierten en ciudadanos “inútiles” del mundo. Son los que tiran basura, los que apoyan a políticos nefastos, los que buscan cualquier oportunidad para sacar provecho de los demás, los que conducen ebrios, los que destruyen la propiedad pública como paradas de autobuses y señalamientos, los que no ceden nunca el paso en el automóvil, los que manejan el transporte público como si transportaran ganado, los que se vuelven policías corruptos y que no ayudan ni protegen a nadie, los que roban, los que matan, los que violan, los que siendo maestros transmiten pura basura a sus pupilos, los racistas, los machistas, los idiotas que no ceden el paso al abordar el metro, los que ponen negocios y tratan como esclavos a sus trabajadores, los que defraudan, los patriotas que apoyan guerras, los fanáticos religiosos que no se ayudan más que a ellos mismos, los fanáticos suicidas, los que rayan carros y rompen antenas, los que llenan las paredes con sobrenombres “pendejos”, los que no le “jalan” al retrete en los baños públicos, etc. Etc. Etc.
Muchos dirán que para esto se necesita también educación en casa y que no solo depende del sistema “académico”; Pero, aunque existe algo de razón en ello, es indudable que si eres un padre con escasos conocimientos o con ideas retrogradas, prejuicios y poco interés por la cultura, terminaras transmitiendo exactamente lo mismo a tus hijos. Es por ello que el sistema “académico” puede ser el factor determinante para plantar esa semilla en las personas e involucrarlas con las ideas más avanzadas y revolucionaras del pensamiento humano, para propiciar la evolución de la sociedad.
Necesitamos entender que educar no solo sirve para crear más “fuerza de trabajo”, sino que su mayor utilidad está en crear mejores personas, pensantes y conscientes. Personas que sean capaces de respetarse mutuamente y de respetar su entorno. En fin personas que hagan la vida de toda la especie humana, mucho más placentera y digna.
Otro de los beneficios de una sociedad educada es que ahorra más recursos que una sociedad estúpida; La sociedad estúpida destruye, desperdicia y sobreexplota, en cambio una sociedad educada se inclinaría por la eficiencia, por no destruir los bienes comunes y por consumir responsablemente, lo cual significa que se gastaría menos reemplazando lo que se destruye o desperdicia, pudiendo utilizar esos recursos en más beneficios para todos.
En fin, creo que es urgente que replanteemos los objetivos de la educación y sembremos en la sociedad la idea de que antes que nada, se va a la escuela para ser mejores personas y que el trabajo solo es un beneficio secundario, pues preparar “esclavos” solo beneficia a las corporaciones y a los gobiernos, preparar a “ciudadanos libres y pensantes” nos beneficia a todos como especie y como sociedad.