Una nueva fuente de energía

La Luna podría ser la solución a las necesidades energéticas de la Tierra. La clave está alli desde que en 1972 los astronautas del Apollo XVII trajeron la muestra lunar 75501. Trece años después, dos jóvenes ingenieros de la Universidad de Wisconsin, Estados Unidos, descubrieron que esta roca contenía pequeñas burbujas de un gas llamado helio-3.
Según Gene Cernan, el último astronauta que pisó nuestro satélite, este gas puede reemplazar el petróleo que usamos en el mundo como fuente de energía, ya que sus átomos tienen una estructura especial; son perfectos para usarlos como combustible de las plantas de fusión nuclear, el mismo proceso que tiene lugar dentro del Sol. En un segundo esta estrella produce 100 millones de veces la misma cantidad de energía que la población del planeta consume en un año, sin crear los problemas de radiactividad que un reactor nucelar tradicional genera, es decir, es un material limpio y sin riesgos para la salud.
La superficie lunar está cubierta literalmente de helio-3, y atrae como un imán al gas, que está entre burbujas en las rocas y en el polvo, mientras que el campo magnético de la Tierra lo repele. Naturalmente su recolección no es nada fácil . Habría que construir un reactor de fusión nuclear para procesar el gas, y hasta el momento sólo se ha hecho en laboratorio como experimento, y pasarán dos o tres décadas antes de que esté listo. Los trabajos van a toda marcha, aunque existen problemas que los científicos intentan resolver. Y mientras se encuentran soluciones, los especialistas deben buscar cómo extraer ese helio-3 in situ, lo que incluye calentar las rocas a unos 760 °C. Excavar un trozo de 2 km2 a una profundidad de 3 metros produciría 100 kilos de helio-3, suficiente para dar energía durante un año a una ciudad pequeña.

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